top of page

El agotamiento silencioso: Cómo la fatiga emocional está afectando a miles de personas sin que lo noten

  • Foto del escritor: Psicólogo Juan Rojas
    Psicólogo Juan Rojas
  • hace 3 días
  • 2 Min. de lectura

Por: Juan Rojas, Psicólogo General Sanitario en San Sebastián - Donostia


Vivimos en una época donde todo parece urgente. Las responsabilidades se acumulan, las notificaciones no se detienen y las exigencias externas muchas veces nos hacen olvidar lo esencial: cómo nos sentimos por dentro. En este contexto, un fenómeno cada vez más común está ganando terreno sin hacer demasiado ruido: la fatiga emocional.


A diferencia del cansancio físico, la fatiga emocional no siempre se nota de inmediato. No se trata solo de estar agotado al final del día, sino de una sensación persistente de estar drenado internamente. Las personas que la sufren suelen decir cosas como “me siento vacío”, “todo me cuesta” o “no tengo energía ni para pensar”.


Lo preocupante es que este estado emocional no solo afecta el bienestar psicológico, sino también nuestras relaciones, el rendimiento laboral, la motivación y hasta nuestra salud física. Muchas veces, quienes la padecen continúan funcionando “en automático”, sin saber que están al borde del colapso emocional.


La fatiga emocional no aparece de un día para otro. Suele ser consecuencia de una acumulación de pequeños malestares, estrés crónico, dificultades no resueltas o falta de autocuidado prolongado. Y no siempre es fácil de detectar, porque se disfraza de desgana, irritabilidad, apatía o falta de concentración.

En consulta, cada vez más personas llegan diciendo que están "agotadas sin razón aparente", que han perdido la ilusión o que sienten que “nada les llena”. Detrás de esas palabras hay historias de personas que han sostenido demasiado durante demasiado tiempo.


La buena noticia es que se puede revertir. Reconocer que algo no va bien ya es el primer paso. La psicoterapia, el acompañamiento emocional y ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar enormemente a recuperar la conexión con uno mismo y restablecer el equilibrio interno.


No se trata de “ser más fuerte” ni de “aguantar un poco más”, sino de aprender a escucharnos con honestidad y darnos el permiso de parar, pedir ayuda y reconstruirnos desde el cuidado.


La fatiga emocional no es debilidad. Es una señal de que tu cuerpo y tu mente necesitan atención, descanso y afecto. Escúchala a tiempo.

Por: Juan Rojas, Psicólogo General Sanitario en San Sebastián - Donostia
Por: Juan Rojas, Psicólogo General Sanitario en San Sebastián - Donostia

 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page