top of page

Este duelo que actualmente atraviesan los latinos por las deportaciones

  • Foto del escritor: Psicólogo Juan Rojas
    Psicólogo Juan Rojas
  • 22 jun
  • 2 Min. de lectura

Por: Juan Rojas, Psicólogo General Sanitario en San Sebastián - Donostia


Cuando la vida te cambia de golpe, no hay palabras que alcancen para describir el dolor. Miles de familias latinas están viviendo un duelo invisible, silencioso, lleno de angustia y soledad. Las deportaciones no solo separan cuerpos; arrancan raíces, dividen corazones y rompen proyectos. ¿Cómo sanar cuando se siente que el alma se quedó en otro país? ¿Cómo volver a empezar cuando todo lo construido se derrumba en segundos?


Este es un duelo real. No se trata solo de cambiar de lugar geográfico, se trata de despedirse de una vida, de amistades, de empleos, de idiomas y costumbres. Se trata de padres que no pueden abrazar a sus hijos, de jóvenes que han crecido en un país que de un día a otro les da la espalda. Se trata de abuelos que no entienden por qué su familia ya no está.


Las consecuencias emocionales de las deportaciones son profundas: ansiedad, tristeza, frustración, baja autoestima, insomnio, miedo, incertidumbre. Y aunque no siempre se hable de ello, este proceso es un verdadero duelo emocional, con todas sus etapas: negación, ira, negociación, tristeza y aceptación. Pero muchos se quedan atrapados en la tristeza, porque no encuentran apoyo ni palabras de consuelo.


Como psicólogo, veo cómo la gente lucha con este dolor a diario. Me cuentan que se sienten culpables, que no saben cómo explicarle a sus hijos que uno de sus padres ya no estará. Me hablan de noches sin dormir, de lágrimas escondidas, de la presión de ser fuertes cuando por dentro se están desmoronando.


Este artículo no es solo una reflexión. Es un abrazo a distancia. Es un reconocimiento a quienes están resistiendo en silencio. A quienes siguen adelante aunque su corazón esté partido en dos. A quienes aman dos tierras, pero sienten que no pertenecen del todo a ninguna. A quienes, pese al dolor, siguen trabajando, criando, soñando, luchando.


Si estás viviendo este tipo de duelo, no te aísles. Busca ayuda psicológica. Habla con alguien de confianza. Escribe. Llora si lo necesitas. Y recuerda: lo que sientes es válido. El dolor por la separación, por la incertidumbre, por la injusticia, merece ser atendido y acompañado.


Ojalá pronto vivamos en un mundo donde las decisiones políticas no arranquen familias. Mientras tanto, cuidemos nuestra salud mental. Porque incluso en medio del desarraigo, del miedo o del exilio, mereces paz, contención y esperanza.

Juan Rojas, Psicólogo General Sanitario en San Sebastián - Donostia
Juan Rojas, Psicólogo General Sanitario en San Sebastián - Donostia

 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page